miércoles, 16 de septiembre de 2009

Pozuelo


Los incidentes de Pozuelo de Alarcón y la repercusión mediática que han suscitado han de hacernos reflexionar a todos los jóvenes, pero no de una forma tan simplista como lo están haciendo los medios de comunicación.

No he podido informarme de forma objetiva de exactamente qué ha ocurrido allí, y no sé qué situación existe en Pozuelo como para que se haya llegado a esos extremos.

Sin embargo, debemos plantearnos si la actitud de la policía no es cada vez más deficiente. La Policía es completamente necesaria para garantizar la seguridad de nuestras ciudades y estoy segura de que la mayor parte del cuerpo está formada por grandes profesionales. Pero cada vez más llegan a mis oídos actos que me hacen cuestionarme si los españoles seguimos siendo ciudadanos o nos hemos convertido en súbditos.
Yo misma he sufrido que me saquen de malas maneras de un coche en el que iba con mi madre y me pongan contra la pared, ante las risas de una policía armada con un fusil. El argumento: podíamos llevar una bomba en el maletero.

Por otro lado conozco de primera mano más de un caso en el que, sin decir el por qué, han metido a varios chicos jóvenes en un coche de la policía, los han llevado a otra zona de la ciudad y los han sometido a una rueda de reconocimiento debida a que ciertas personas acababan de sufrir un robo. Tras negar éstas personas que esos chicos fuesen sus agresores la policía los deja en la calle lejos de donde estaban, sin más explicaciones.

A los jóvenes nos tratan, cada vez más, como a delincuentes simplemente por ser jóvenes. Esta situación es insostenible.

Lo último es la situación que se vive en Málaga desde que se ha prohibido el botellón. Los corralitos que se han montado en la plaza Mitjana, con estricta vigilancia policial, recuerdan a la España de otros tiempos. Y todo esto para que a nadie se le ocurra dar un paso fuera de las vallas con una copa en la mano.

No está bien que los menores beban alcohol, pero eso es cuestión de sus padres. El quitar el botellón no va a impedir que esos menores beban alcohol.

Y en cuanto a los que tenemos edad para beber lo que nos de la gana, la diferencia de beber en la calle, mientras hablas con tus amigos, y beber en un restaurante es simplemente económica. ¿Que algunos van al botellón a emborracharse? También algunos adultos se emborrachan, ya sea en un bar o en su casa. No es bueno para la salud pero el alcohol está permitido y a partir de ahí se supone que entra dentro de la libertad individual el beber la cantidad que se quiera.

No quiero justificar la violencia en ningún caso, pero sí debemos estar alerta y no tolerar que en ningún caso se ataque a nuestra libertad.

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